«Instrucciones para volar en alfombra mágica»

«Instrucciones para volar en alfombra mágica» es un espectáculo de narración oral para público infantil-familiar basado en los cuentos de aventuras y magia que aparecen en Las mil y una noches. Traducidos a la escena, y recreados para que «quepan en la voz», este espectáculo aúna vértigo, participación, juego de máscaras, sorpresa, suspense y mucha risa. Los cuentos son tantos, que dependen del día, del público y del espacio. Tipo de espectáculo: Narración oral Autoría: Héctor Urién, a partir de cuentos de Las mil y una noches Intérprete: Héctor Urién Diseño del cartel: Irina Hirondelle Público recomendado: A partir de 4 años Duración: 60 minutos aprox. Necesidades técnicas básicas: Un espacio diáfano y tranquilo, una silla, una mesa baja, una botella de agua, focos  frontales y equipo de sonido inalámbrico si el espacio los requiere. Se recomienda que todo el público esté sentado en sillas y sin separar niños de adultos.

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«Son el perfume del verano mismo»

Agosto es el mes de los melocotones, y me he venido con un buen puñadito de ellos a Madrid, porque en mi pueblo se dan mucho. Por dar, le dan incluso nombre al río… Y a cada mordisco adquiero su memoria, o la recuerdo, como le pasaba a Proust con la dichosa magdalena. El melocotón es originario de China, y el melocotón mordido era símbolo allí del amor homosexual desde que un jovencito lindo llamado Mizi Xia, que se hablaba entre los cerezos con el Duque Ling de Wei, un día, delante de la corte del Celeste Imperio, tomó un melocotón y lo mordió y luego caminó a pasos cortos hasta el amado y se lo ofreció. El duque lo aceptó diciendo: «ved cómo me ama, que olvida su boca para endulzar la mía». El hecho fue tan comentado que quedó como símbolo de amor viril, al principio, y de amor inclusivo después, hasta el punto de que los guerreros llevaban en los zurrones huesos de melocotones comidos a medias con sus amores de pelo o de pluma la víspera de la batalla.

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Nueva fecha en SEPTIEMBRE ’18 para el curso «Urdir la trama»

CURSO INTENSIVO DE NARRACIÓN ORAL/STORYTELLING «URDIR LA TRAMA» Presentación Uno de los errores principales que se cometen a la hora de preparar un cuento oral o una ponencia consiste en identificar el lenguaje escrito y el hablado como equivalentes, de manera que solemos creer que lo escrito sirve para la oralidad tal y como está escrito. No es así. El secreto de la diferencia estriba principalmente en que el receptor recibe la información y la emoción en condiciones diferentes, por ejemplo: El espectador recibe toda la información de una sola vez, mientras que el lector puede leer por capítulos. En caso de despistarse o no comprender una información, el lector puede releer, mientras que el espectador no puede ir hacia atrás. ​El espectador debe retener la información en su memoria «a tiempo real», mientras que el lector puede detenerse, anotar o esquematizar la información. El lector puede amoldar el ritmo de la lectura a su propio ritmo mientras que el espectador, que normalmente comparte espacio con otros espectadores, debe seguir el ritmo marcado por el narrador. Etc

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Arek en Sudán del Sur

Hace unos meses, la ONG «Save the children» me encargó que escribiera una historia para ellos, ambientada en Sudán del Sur, para que fuera utilizada por profesores de alumnos a partir de los 10 años en España para abrirles una puerta a este mundo fascinante. Entonces escribí «Arek en Sudán del Sur». Tenéis más datos del proyecto y el cuento en la web de Save the Children, aquí, o podéis leerlo directamente en este post. Ojalá lo disfrutéis, y si sois profes y queréis compartirlo con vuestros alumnos, adelante, para eso es, pero luego no os vayáis sin contarme qué tal…   Ahí va:

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Feliz 2018. Y cuento de Reyes

Dice mi amigo Juanlu Mora que el tiempo de espera se mide en horas por segundo. Sobre todo la espera de los reyes, añado yo, así que mientras los esperamos, distraigo la relatividad leyendo historias y enredando en tuiter, y fue en tuiter, mientras espero, que me he enterado de una coincidencia sorprendente: ayer, 4 de enero, ¡fue san Newton! Isaac Newton, hombre célebre y célibe. Célibe por una dolorosísima fimosis estrangulante y célebre por su famosa ley de la gravedad, que, por lo visto, fue una serendipia feliz, es decir, un descubrimiento no buscado, y no lo digo por la manzana, sino por el siguiente secreto: Durante siglos se ocultó que la mayoría de los escritos que ocuparon el tiempo de Newton versaron sobre el antiguo arte de los alquimistas en la síntesis suprema del oro. Newton se enfrascó, así, en experimentos químicos y andaba buscando las razones de las afinidades entre sustancias cuando le cayó encima la manzana de la gravitación universal, y la publicó. Hubo alborozo en los salones elegantes al encontrar una ley tan acorde con el sentir absolutista de la época, una ley universal e inviolable, ante algunos desconcertantes hallazgos de los siglos oscuros del medievo donde, según cuenta

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200 Noches en vela

“Dijo el mundo: ¡Y tú me vienes ahora, Adán, ahora que yo he perdido mi lozanía y mi juventud!” Hadiz   En uno de sus libros, Paul Auster cuenta la historia de un muchacho normal al que un día un hombre extraño –un maestro- le dice que ha visto cualidades en él y que, si confía, le hará volar, pero volar de verdad. El muchacho, sin nada que perder, se pone en las manos del maestro y este va sacando lo mejor del chico, y haciéndolo levitar cada vez un poco más, hasta que un día se eleva definitivamente por los aires. Recorren así los teatros de los Estados Unidos de América; todo el mundo quiere ver al chico volador. Pero un mal día el muchacho no consigue despegar. El maestro le dice que vaya a visitar al médico. La revisión indica que está sano como una manzana. Entonces salen del hospital y el maestro se cala su sombrero y tiende la mano al chico: -Bien, ha sido un placer, aquí se acabó nuestra aventura. -¡Pero si estoy bien! –responde el chico alarmado- dice el médico que no me pasa nada. -Por eso mismo nuestra aventura se ha acabado –ahora,

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Días de cuentos

Vivo días de actividad febril. A los viajes y los bolos y los cursos intensivos se une la preparación del nuevo taller regular sobre técnicas de expresión narrativa, que he enfocado en la técnica creativa de los surrealistas. Y es maravilloso cuando andas buscándole la vuelta a una cosa y te sorprendes diciéndote: «¡Anda! Si esta que es -por decirlo así- la técnica/marca personal de tal poeta del 20 es justo, justo, justo lo que hacen Los Planetas! ¡Voy a probarlo!». No sé si acabaremos el curso en Dylan o en el indie de los 90, pero me encanta la sensación de incertidumbre y de búsqueda-hallazgo. El asombro es un manar inagotable de alegrías.

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¿Qué harías tú en un ataque nuclear de Kim Jong-Un?

Cuando la humanidad ha sido consciente de que había serias posibilidades de que nos fuéramos todos al carajo, no nos ha dado por llorar ni lamentarnos, sino por hacer febrilmente el amor y contar historias, como se sabe tanto por la Florencia negra del XIV y sus tres chicos y siete chicas reunidos en el atrio de Santa María Novella, como por las playas cubanas que, según cuentan todos los que lo vivieron, se colmaron de ardores venéreos en el otoño del 1962, cuando la última crisis de los misiles. Crear, recrear y procrear, eso hacemos los malvados humanos mientras esperamos el Apocalipsis. De la parte amorosa me voy a inhibir, pero del arte de desvelar historias puedo prepararte para lo peor durante los fines de semana del 16-17 o del 23-24, aprendiendo algunos recursos útiles que conviene tener a mano, aquí (o pulsando en la imagen): O si eres de los que prefieren sentarse como un rey o una reina mientras otros tomamos la iniciativa, vente a escuchar y a llenarte el alma de maravillas. Déjame un momento tu dedo……… aquí: -Las mil y una noches, contadas una por una -Catálogo de soluciones para librarse de hombres inadecuados Además de estas fechas,

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Las prisas, las prisas…

He leído hoy una entrevista estupenda de Lorena G. Maldonado a una escritora a quien admiro mucho, Valerie Tasso. Me encanta su sensibilidad y su «mano» para unir en la proporción exacta la narración directa, la sensación sutil y la reflexión inteligente. En cuanto he visto la entrevista en twitter, me he lanzado a ella como un gorrión a un pedazo de pan, y como siempre, mientras la leía la cabeza daba vueltas. Lo bueno de leer es que uno puede parar, digerir y luego seguir leyendo, pero hoy, lanzado como estaba, me lancé también a escribir sobre el asunto de las prisas que nos invaden, que cita Valerie. Y esto escribí. Normalmente no posteo mis reflexiones mañaneras, pero hoy, como digo, parece ser que estoy lanzado. Ahí va. Y yo voy a seguir leyendo la entrevista, que aún no la he terminado.

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