Vivo días de actividad febril. A los viajes y los bolos y los cursos intensivos se une la preparación del nuevo taller regular sobre técnicas de expresión narrativa, que he enfocado en la técnica creativa de los surrealistas. Y es maravilloso cuando andas buscándole la vuelta a una cosa y te sorprendes diciéndote: «¡Anda! Si esta que es -por decirlo así- la técnica/marca personal de tal poeta del 20 es justo, justo, justo lo que hacen Los Planetas! ¡Voy a probarlo!». No sé si acabaremos el curso en Dylan o en el indie de los 90, pero me encanta la sensación de incertidumbre y de búsqueda-hallazgo. El asombro es un manar inagotable de alegrías.
2 respuestas
La vida fluye porque pasa. Y por detrás entra agua nueva. Son las patadas en el culo que te dicen: «Muévete porque, si no, te paras. ¡Y ya sabes lo que pasa! Te estancas. Y la palmas». Bien escrito, Héctor. La aventura de la vida no tiene reposo ni te da cuartel.
Estoy escribiendo en torno a tu viaje 2011-2018, aunque no estoy muy seguro de por donde saldrá este escrito. Será una prueba de que el azar también actúa con, en, a favor y contra nosotros. Un abrazo. Soy Santi
¡Qué guay Santi que escribas! A ver qué te sale, todo es dejarse llevar. ¡Un gran abrazo!